EL
AYER Y EL MAÑANA
Nadie
recuerda ni sus ayeres ni sus mañanas,
pero
lo que se queda en nuestro corazón es la amistad tan pura como los
destellos del hielo que hay en mi corazón,
mi
amiga, mi dulce amiga que me amaba y me amará,
que
me dice que no me ha dejado de querer ni dejará de quererme.
No
recuerdo ni un ayer, ni un mañana tan bonito como ese.
Y
yo creo que ella se merece un beso,
un
abrazo, o los destellos del hielo que nacen de nuestros corazónes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario